¿Qué estoy haciendo aquí?
Paula no recordaba manejar a la casa de Pedro y sinceramente, no sabía por qué lo había buscado. Bueno, eso era una mentira. Por razones obvias, se sentía segura con él, y ahora necesitaba sentir eso.
Ver su apartamento y sus pertenencias destruidas, fue más que alarmante para ella. El miedo, la confusión y la ira por la falta de control se arremolinaban en su interior, haciéndola sentirse fuera de sí, como si todo aquello fuera un sueño horrible. Pero no debería haber ido hacia allí, forzando sus problemas sobre Pedro. Él había asumido el papel de su guardaespaldas, pero, ¿no debería tener un contrato o algo así? Eso parecía tan inapropiado. En lo más recóndito de su mente, tendría que haberlo sabido cuándo se subió al auto y manejó a su casa.
¿Qué estoy haciendo aquí?
La pregunta seguía reproduciéndose una y otra vez en su cabeza, pero no cambiaba el hecho de que se encontraba allí, en una habitación que era tan grande como el salón principal de su casa. Las paredes se hallaban pintadas de un color olivo profundo, y los suelos de madera y la cabecera de la cama oscura daban a la habitación una sensación terrosa que era relajante.
Pero no podía relajarse. Dios sabía que se encontraría muy nerviosa cualquier día, pero eso era como un millón de veces peor.
Se escondió arriba malditamente cerca de una hora, mientras Pedro se encontraba abajo, muy probablemente esperándola, y sabía que tenía que conseguir bajar su culo allí.
Pero necesitaba unos minutos más.
Sentada en el borde de la cama matrimonial, deslizó los dedos por sus mejillas. Su cabello cayó hacia delante, sobre sus hombros y cubriéndole la cara. Sus gafas se encontraban olvidadas en la mesita de noche.
Pedro le prestó uno de sus viejos pantalones pijama de franela y una camisa que no podría haber encajado en su amplia estructura desde la escuela secundaria. A ella casi la cubría en su totalidad y olía a él, una mezcla de aroma a ropa limpia y un débil rastro de colonia que no podía reconocer.
Con las manos temblorosas, levantó el dobladillo de la camisa prestada y aspiró el olor.
Olfateó su camisa.
Santo Dios, ¿qué le pasaba? Eso era tan... tan espeluznante y totalmente inexcusable.
Dejando caer la camisa, envolvió los brazos alrededor de su cintura.
Su piel se encontraba helada hasta los huesos y su interior se sentía desgarrado, justo igual que todos sus objetos personales. Hacer algo tan violento y sin sentido se encontraba más allá de ella. ¿Quién podría odiarla tan seriamente? Las lágrimas brotaron de sus ojos, pero se negó a dejarlas caer. A pesar de que se encontraba sola, no quería romperse así. Eso era para débiles, una señal de falta de control.
Oh, pero picaba como una avispa furiosa, saber que alguien la odiaba. Que alguien intentaba aterrorizarla, destrozando su coche, acosándola, y luego entrando a su apartamento.
Una lágrima escapó, corriendo por su mejilla, llegando a la punta de sus dedos.
Una lágrima escapó, corriendo por su mejilla, llegando a la punta de sus dedos.
¿Qué habría pasado si hubiera estado en casa? Un estremecimiento la sacudió. No tenía idea de en qué momento se cometió el delito, la policía no lo hizo bien, y esa noche, ella llegó tarde a casa del trabajo. Existía una posibilidad real de que alguien podría haberla estado esperando y cuando no se presentó, desplegó su ira contra su apartamento. Otro temblor se abrió camino a través de ella.
Un carraspeo interrumpió sus pensamientos, sorprendiéndola. Saltó de la cama y se giró. Apresuradamente, limpió todo rastro de lágrimas.
Pedro se encontraba en la puerta, con la boca abierta como si estuviera a punto de decir algo, pero entonces lo olvidó o decidió no hacerlo. Su mirada, de un sorprendente azul intenso, viajó a través de su rostro como si fuera la primera vez que ponía los ojos en ella. Su mirada cayó sobre sus labios, y ella sintió el rubor arrastrándose desde su cuello, mientras su mirada recorría todo el camino hasta la punta de sus dedos del pie. Cuando sus ojos regresaron a los de ella, contuvo el aliento bruscamente.
Sintió el estigma de su mirada.
Las puntas de sus pechos se estremecieron y luego se endurecieron, rozándose contra el raso de la camisa prestada. Un estremecimiento sensual envió escalofríos a través de su piel. La miraba como si quisiera devorarla. Intentó que no le gustara la sensación que nacía en ella, el loco entusiasmo y anticipación, pero no obstante, los sentimientos se agruparon en su vientre.
—Deberías llevar el cabello suelto más a menudo —le dijo.
Paula parpadeó lentamente. —¿Qué?
—Tu cabello —repitió mientras se apoyaba en el marco de la puerta, cruzando los brazos mientras extendía las piernas. Con los ojos completamente azules como fuego y una pequeña mueca llena de perezosa arrogancia, que realmente era bastante impresionante. La imagen de la belleza masculina—. Eres una mujer atractiva, pero con el cabello suelto y sin gafas, realmente eres muy hermosa.
A medida que sus palabras se hundían en ella, resopló.
Sabía que no lucía horrible, pero ¿hermosa? Sí, eso no era cierto. En todo caso, Paula era excepcionalmente simple, con el cabello y los ojos oscuros. — ¿Hermosa? Eliminar las gafas y dejarme el cabello suelto no es un cambio de imagen drástico.
—Si digo que eres hermosa, entonces eres hermosa.
Arqueó una ceja. —Oh, ¿eres el que decide sobre esto?
La sonrisa perezosa se extendió. —Lo soy. Así que no quiero que lleves el cabello en ese moño nunca más. Te hace ver como si fueras diez veces mayor de lo que obviamente, eres.
—¿Estás hablando en serio?
—Estoy jodidamente hablando en serio. —Inclinó la cabeza hacia un lado—. Me gustan las gafas, sin embargo. Me recuerda a una profesora que tuve en la escuela secundaria. Cada vez que se deslizaban por su nariz, hacían que mi…
—¡Basta! —Levantó las manos—. Entiendo totalmente la imagen, pero no voy a dejar que me digas cómo usar mi cabello.
—Soy tu guardaespaldas.
Mirándolo fijamente, dio una sacudida rápida de cabeza. El hombre era insufrible, sexy, pero increíblemente insoportable. Sin embargo, en cuestión de minutos, la sacó de su autocompasión y de las ajustadas garras del temor. Se encontraba agradecida por eso.
Lo que no quería decir que tuviera que aceptar cualquiera cosa que saliera de su boca, o seguir adelante con la loca idea de quedarse en su casa. —Que seas mi guardaespaldas no quiere decir que seas mi estilista personal, Pedro, y no puedes…
—Hablando de estilista personal, luces mejor en mi ropa vieja de lo que lo haces con esos trajes espantosos que usas. Y confía en mí, te ves jodidamente caliente en mi ropa.
Sus mejillas se ruborizaron tanto que deseó poder desaparecer y morir. —Gracias —dijo entre dientes.
—Gracias a Dios la ropa de tu armario fue destruida. ¿Ves? Hay un resquicio de esperanza en cada nube oscura, o como sea esa mierda que dicen. Podemos ir de compras mañana y encontrar algo que realmente te haga lucir bien.
Demasiado molesta para sentirse herida por sus comentarios, curvó sus manos en puños a los costados.
Existía una buena posibilidad de que le diera un puñetazo en la cara. —En primer lugar, jódete.
Sus ojos azules brillaban con picardía. —Me gusta donde va esto.
Corrección: iba a darle una patada en las bolas. —En segundo lugar, estoy muy contenta de que el hecho de que todo mi guardarropa fuera destruido sea una buena noticia para ti. En tercer lugar, prefiero correr en frente de un autobús que va en exceso de velocidad por la ciudad que ir a comprar ropa contigo.
—Bueno, eso suena drástico.
Su mandíbula dolía por lo mucho que apretaba los dientes.
—Y, por último, no puedo quedarme aquí.
—Y, por último, no puedo quedarme aquí.
La pereza en su postura se desvaneció al instante y se enderezó. — Te vas a quedar aquí, Paula.
—Puedo ir al hotel…
—Absolutamente no —interrumpió, con los ojos color cobalto destellando—. No es seguro que permanezcas en un hotel.
Un sombrío fragmento de miedo la golpeó en el pecho, pero lo ignoró.
—Estaré bien en el hotel.
—Si realmente crees eso, entonces, ¿por qué has venido?
Ah, tenía un buen punto. —Fue un error, pero había un montón de gente alrededor y…
Él desplegó sus musculosos brazos. —Exactamente. Hay un montón de personas entrando y saliendo día y noche. Es una de las principales amenazas a la seguridad, y debería haber sacado tu culo de allí la primera noche.
Todavía la dejaba sin habla por un momento el saber que la
observaba cuando ella pensó que la había olvidado. —No voy a quedarme aquí. Es absurdo. Es tu casa, Pedro. Es muy inapropiado.
Una ceja oscura se arqueó. —¿A quién le importa un carajo lo apropiado?
—¡A mí me importa!
Una mirada llena de impaciencia cruzó su rostro. —Te preocupas demasiado de lo que otras personas piensan.
—Es mi trabajo —respondió enfadada.
—No. —Sacudió la cabeza y algunas hebras cortas escaparon de su coleta—. Es más que eso. Tu trabajo no es tu vida, no debería serlo.
—¿No lo es el tuyo?
Él empezó a reír. —Por supuesto que no.
Abrió la boca, pero se encontró con que no tenía ni idea de qué decir.
Mejor aún, ¿cómo llegaron a salirse tanto de tema?
—Además, tu argumento acerca de lo inadecuado es discutible. Soy tu guardaespaldas. Así que si te quedas en ese hotel, me quedaré contigo.
Pero quedarse aquí seguramente es mucho más cómodo.
Una vez más, tenía un punto, pero no podía hacerlo. Podría haber hecho lo correcto yendo a CCG Seguridad, pero se equivocó al exigir que él fuera su guardaespaldas. Tenía que ser otra persona, porque... no confiaba en sí misma a su alrededor. La forma en que la hacía sentir, incluso ahora
que no quería nada más que un karateca lo desmenuzara, sentía la misma sensación que veía en los ojos de su madre cada vez que hablaba de un nuevo tipo.
—Estoy bien con alguien quedándose conmigo en la habitación de hotel —decidió, levantando la barbilla obstinadamente—. Pero tiene que ser otra persona. Alguien que no seas tú, porque…
Un segundo Pedro se encontraba junto a la puerta del dormitorio y al siguiente frente a ella, con una mano en su cadera y la otra ahondando profundamente en su cabello, sosteniendo su nuca. Las palabras se formaron en su lengua, pero las hizo callar con sus labios.
Él la besó.
Nooo muero x el prox cap!!!buenisimooos los caps,bsooo @GraciasxTodoPYP
ResponderEliminarwow buenísimo!!!
ResponderEliminarBuenisimos, quiero mas!!!!
ResponderEliminar@pepepauoli